El próximo mes de septiembre nuestra situación familiar cambiará y es que mi marido volverá a trabajar para una empresa fuera de casa, lo que implica que si él está todo el día, o gran parte del día, fuera de casa y yo quiero mantener mi actividad profesional algo tenemos que hacer con los peques. Durante estos últimos meses hemos estado barajando las diferentes opciones que teníamos. Una opción era la guardería, pero la hemos acabado desechando básicamente por dos motivos: El primero porque logísticamente la guardería no nos soluciona gran cosa y nos sale carísimo.