Al quedarme embaraza de nuevo, uno de los primeros síntomas que he tenido, aunque yo no supiese que era por estar embarazada, es el dolor de pecho al amamantar y la falta de leche.
Los peques fueron los primeros en quejarse de que «la tetita no tenía leche».
Con el paso de las semanas de embarazo, los dolores de pecho al amamantar iban a peor. Me molestaba tanto amamantarlos que intentaba darles el pecho lo menos posible y acababa acordando con los peques menos tomas o «te doy un poquito de tetita y ya está».
Dada la situación y como no me veo amamantando a tres niños a la vez, decidí mantener el pecho a los peques hasta que estuviesen adaptados al nido, pero como se han adaptado tan bien y tan rápido, en cuanto he podido los he destetado. Antes incluso de mis previsiones.
El destete me ha resultado muy fácil. Más de lo que imaginaba. Mi teoría es que ellos se estaban destetando de forma natural al no sacar nada de leche del pecho y yo lo que he hecho es agilizar el proceso. De hecho ya había alguna noche o mediodía que se habían dormido sin el pecho. Algo impensable hace apenas unas semanas.
Cuando decidí que quería destetarlos, para ir preparando el terreno e intentando ser lo más respetuosa posible dentro de las circunstancias, compré el cuento «La fiesTETA» de Míriam Tirado y Joan Turu. Se trata de un cuento infantil para ayudar con el proceso de destete y que a mi me ha resultado muy útil. A los peques les ha encantado, sobre todo a Ona que aunque ya está destetada me sigue pidiendo que se lo explique. Pero es que además de útil, las ilustraciones son muy bonitas. Lo recomiendo 100%.
El cuento explica la historia de una madre que, aunque le encanta dar el pecho, está cansada y acuerda con su hija que como ya es mayor, irá dejando la teta poco a poco y cuando ya no tome más pecho harán una gran fiesta con pastel y globos para celebrar el tiempo de lactancia disfrutado.
Así que, una semana después de dejar el pecho, siguiendo con la historia del cuento de «La fiesTETA», les preparamos a Arán y Ona su propia «FiesTETA» para celebrar los 29 meses de lactancia materna disfrutados.
Lo que hicimos fue preparar un bizcocho juntos, soplar las velas (un 2 y un 9 en honor a los 29 meses de lactancia materna que hemos vivido) y les dimos un par de regalitos a los dos: Un kit de plastilina y un puzzle de la película de Cars (que los tengo a los dos obsesionados con «el coche mcqueen» como lo llaman ellos)
Desde el primer momento que les explicamos que la tetita ya no funcionaba porque no tenía leche, que ellos ya eran grandes para la tetita y que podíamos cambiar la tetita por abrazos, besos, cosquillas, masajes, cuentos y juegos, parece que lo entendieron y comprendieron a la perfección. Si que los primeros días se quejaban cuando estaban muy cansados y pedían pecho, pero no pasaba de ahí, de una queja. No ha habido llantos y las quejas no han durado más de dos minutos.
Para mí ha sido sorprendente lo fácil que nos lo han puesto. Incluso dormirlos por la noche ha resultado bastante sencillo aunque de momento si que es cierto que desde que están cansados hasta que se duermen, les cuesta coger más el sueño que con el pecho. Pero poco a poco.
Amamantarlos ha sido una experiencia increíble. Me ha encantado. He descubierto una parte de mí que no conocía y me da muchísima pena que haya acabado, pero si todo va bien espero volver a vivir la experiencia en abril con el peque que viene en camino.
1 thought on “Destete definitivo, ahora ¡sí que sí!”