En esta casa el mes de abril es un gran mes. Celebramos los cumpleaños de los tres peques y el mío. Somos así de originales y lo apostamos todo a un mismo mes. Pero este año abril nos ha pillado confinados por culpa de la pandemia del coronavirus.
Al inicio del confinamiento, cuando apenas llevábamos unos días en casa, mi marido me dijo que la cosa parecía que iría para largo, que él creía que el cumpleaños de los peques (19 y 23 de abril) nos pillaría confinados. En ese momento, no voy a negar, que me pareció un poco exagerado, pero por aquello de no jugármela decidimos comprarles unos regalos para el cumple y es que nosotros les íbamos a regalar la fiesta con la familia y amigos y no teníamos pensado comprar regalos. Suerte que lo hicimos porque después empezaron a cerrar los comercios y restringir la venta online y fue una tranquilidad saber que teníamos unos regalos para sus cumples. El pequeño de la casa no se entera, pero los mayores sí y no haber tenido regalos para ellos, con lo bien y fácil que nos lo ponen todo siempre, me habría sabido fatal.
Lejos de ser unos cumpleaños tristes, todos los cumpleaños han sido especiales y han dejado buen sabor de boca y es que, en el fondo, tener días especiales durante el confinamiento nos ha hecho centrar esfuerzos e ideas para pasar esos días, decorando la casa y comiendo y haciendo cosas diferentes. Visto en perspectiva, creo que ha sido bueno para todos tener en casa «días especiales».
Para mi cumpleaños y el primer cumpleaños de Roc, Arán y Ona prepararon sorpresas, incluso estaban compinchados con su padre para hacerme creer que se les había olvidado mi cumpleaños y no tenían nada preparado. Estaban realmente divertidos disimulando. Esas risillas nerviosas no hay dinero que las pague.
Para el cuarto cumpleaños de Arán y Ona, que al final son los que más podrían no entender por qué sus amigos, abuelos, tíos y primos no estaban con ellos, preparamos un montaje de vídeos recopilados felicitándolos que les gustó mucho, hicieron sus propias coronas de cumple, les encargamos un pastel de chocolate y, además de un par de regalos que recibieron cada uno, les escondimos el regalo por excedencia que llevaban tiempo esperando tras un mapa del tesoro y un montón de pistas que debían resolver. Al final, se lo pasaron tan bien que creo que les hizo más gracia el mapa y las pistas que el regalo en sí. El regalo, por cierto, fue un barco pirata de Playmobil que ha resultado ser éxito total. Se pasan horas jugando con él.
En definitiva, el resultado del cuarto cumpleaños de los peques en confinamiento no pudo ser mejor. Los peques estaban encantados y nos daban las gracias por el día que habían pasado antes de irse a dormir… ¡Más tiernos!
Además de cumpleaños varios, podemos decir que los peques siguen llevando muy bien el confinamiento y desde el día 27 pueden salir una hora al día a la calle y, aunque no nos habían pedido salir desde el inicio del confinamiento, les va bien hacerlo. El primer día miraban las flores y las hormigas del parque como si hiciese años que no las viesen. Situación que resultaba entre triste y anecdótica.
Así que, podemos decir que el mes de abril lo hemos pasado entre celebraciones especiales, mejor de lo esperado y lo hemos superado con éxito.
De inicios mayo esperamos poder retomar la obra de nuestro piso. De hecho está previsto retomarla el próximo lunes día 4 de mayo, a ver si hay suerte y podemos empezarla sin inconvenientes y acabarla en breve, aunque hay tantos frentes abiertos y todo cambia tan deprisa de un día para otro que ya no me hago ilusiones. Y ya si a mediados de mayo puedo abrazar a mi familia «me doy con un canto en los dientes».