- No (de momento), los peques no van al cole.
- No, no soy ni peor ni mejor madre por ello.
- No, no es ni peor decisión, ni mejor que la de otras familias.
- No, no tengo miedo a perder la plaza en el centro escolar porque para ello deben darse una serie de circunstancias que, de momento, no se dan.
- No, no me preocupa que mis hijos dejen de socializarse. Ven a sus mejores amiguitos del cole en el parque por las tardes y continúan viendo a sus otros amigos, normalmente hijos de amigos nuestros, como siempre.
- No, no me preocupa que no sigan el ritmo de sus compañeros en cuanto a conocimientos porque van a P4 (segundo de infantil). Si fuesen a primaria y/o secundaria sería diferente porque probablemente yo no sería capaz de enseñarles en casa lo que por edad les corresponde.
- No, que la mayoría de padres lleven a sus hijos al colegio no quiere decir que nosotros debamos hacer lo mismo.
- No, nuestra decisión no es definitiva, según avancen las semanas esperamos poder cambiar de opinión y llevarlos al cole. Esa es nuestra idea.
¿Por qué mis hijos, de momento, no van al colegio? Porque me preocupa…
- Sí, me preocupa que les nieguen un abrazo si lo piden.
- Sí, me preocupa que perciban que se intenta limitar el contacto físico con ellos.
- Sí, me preocupa que cojan miedo a un virus que en casa tratamos con respeto, pero sin temor.
- Sí, me preocupa que lleguen a pensar que sus abrazos o el contacto con otras personas es peligroso.
- Sí, me preocupa que les hagan pasar por pcr innecesarios.
- Sí, me preocupa que deban estar en cuarentena mes sí y mes también.
- Sí, me preocupa cómo van a convivir las bronquitis, las gripes y el covid en las clases en cuanto llegue el frío.
- Sí, me preocupa que su forma de ver el mundo y de tratar a los demás cambie.
- Sí, sé que «los niños se adaptan a todo», pero creo (opinión personal) que esa adaptación si no se hace con especial cuidado a largo plazo puede tener un precio. Precio que, si puedo evitar, prefiero no pagar.
Nosotros hemos tomado la decisión en base a nuestra situación, circunstancias y posibilidades y cada familia hace lo mismo.
Todos los padres buscan hacer lo mejor para sus hijos y nosotros también. Hemos tenido el gran privilegio de poder escoger qué hacer y lo hemos hecho, soy consciente de que muchas familias no pueden. Nuestra decisión puede cambiar mañana o no, pero es nuestra decisión y solo a nosotros nos compete.
¿Por qué digo esto? Porque aunque no ha sido nuestro caso, otras familias que han decidido no llevar a los peques al cole se han sentido presionadas socialmente, juzgadas y, como consecuencia, culpables por la decisión que han tomado y esto, no es justo.
En definitiva, aprendamos a respetar las decisiones de los demás sin ser juzgadas.
Desde que soy madre he descubierto que en esto de la crianza todo el mundo se ve con el derecho de opinar y aconsejar sobre cómo lo haces e, incluso, te intentan convencer de cuál es la mejor opción para tus hijos; desde la lactancia, el colecho, la higiene, la alimentación o el tipo de educación que deben recibir y lo de «yo lo hago así y los míos están estupendos» o «se ha hecho así toda la vida y no pasa nada» está a la orden del día. No sé si esto podrá cambiar algún día, pero deberíamos hacer todos autocrítíca y respetar las formas de criar de los demás aunque no las compartamos o no las entendamos.
Cada familia decide lo que puede, quiere, necesita o cree mejor para sus hijos. Que esto no se nos olvide.