Coronavirus. En casa y preocupada

No sé por dónde empezar este post. ¡Qué mezcla de sentimientos tengo y qué desordenados están!

Cuando empecé a escuchar hablar del famoso coronavirus o COVID-19 no entendía por qué tanto bombo a un virus gripal nuevo. No entendía por qué no se dejaba de hablar de lo mismo en los medios de comunicación si la tasa de mortalidad es inferior al de la gripe común. No entendía el por qué de tanta alarma social y pensaba que era una táctica del gobierno para desviar nuestra atención de temas más importantes ya que, el movimiento político en España estos últimos años ha sido histórico.

Además, las cuentas de Instagram de profesionales sanitarios a los que sigo, principalmente pediatras, llamaban a la ciudadanía a la calma aportando números y estadísticas sobre el virus, lo que me confirmaba en mi verdad de que no tenía ningún sentido lo que estaba pasando o lo que nos estaban transmitiendo los medios de comunicación.

Era de las que no entendía el por qué se iban a cerrar escuelas y dejar a los niños al cuidado de los abuelos ya que, en otros países no sé, pero en España la conciliación no existe. No entendía el sentido de dejar a la mayoría de niños al cuidado del mayor grupo de riesgo actual del virus. No entendía ni las medidas que se querían adoptar, ni la urgencia de las mismas.

No es hasta el miércoles pasado, hace apenas cuatro días, cuando la información que me llega por distintas vías me hace alertarme de lo que está ocurriendo. Es cuando entiendo el por qué de la emergencia social. Es cuando entiendo que el virus no es altamente letal, pero sí altamente contagioso, mucho más que la gripe, que la velocidad de la propagación es muy difícil de parar y que aunque a nivel de mortalidad no es muy grave, sí que muchas de las personas que se contagian precisan ingreso hospitalario, incluso estar en la UCI porque precisan ayuda mecánica para respirar. Además, se prevé que muchos de los profesionales sanitarios enfermarán por el virus, con lo que ello supone. Y es aquí cuando entiendo el verdadero problema, es cuando entiendo que lo que se intenta evitar es el colapso hospitalario de nuestro sistema. 

Quizás es culpa mía que no lo entendí desde el principio, pero pienso que la información que se ha transmitido a la población no ha sido clara y que incluso hoy, hay gente que no entiende el por qué de tanta alarma social. Mucha gente se está tomando los aislamientos y los confinamientos solicitados por el gobierno como unas vacaciones y se están marchando a sus segundas residencias sin ser conscientes de que esas conductas ayudan a la propagación del virus porque hay mucha gente que está infectada y es asintomática y porque el virus es muy cabrón y puede vivir fuera del cuerpo bastantes horas.

Tampoco entiendo, que teniendo el ejemplo de lo que ha pasado en China y está pasando en Italia, las medidas estén llevándose a cabo tan a poco a poco, no entiendo por que desde un principio no se acordó el cierre de todos los establecimientos, menos farmacias y supermercados o tiendas de alimentación para frenar el virus.

Tenemos que entender que el colapso sanitario de nuestro sistema supone que no habrá camas, ni UCIs disponibles en los hospitales para atender todos los casos provocados por el virus, pero tampoco los casos habituales como infartos, ictus, accidentes u operaciones de emergencia y este es el verdadero problema. Por eso, he pasado de no entender la alarma social a estar en casa confinada con mi marido y mis hijos porque ya no solo me preocupa contagiarme, ahora también me preocupa:

1.- Necesitar hospitalización por culpa del virus y verme aislada o separada de mis hijos.

2.- Que algunos de mis familiares u amigos sean ingresados y que no pueda verlos o estar con ellos.

3.- Y lo que más me angustia, que alguna de las personas a las que quiero necesite de atención sanitaria urgente y no pueda recibirla.

Por todo esto, he pasado de estar la mar de tranquila a encerrada en casa con los míos y preocupada.

Por eso #yomequedoencasa

¡Ánimo a todos! Esto pasará en unas semanas y volveremos a disfrutar de las terracitas y de la compañía de los nuestros. Ahora es el momento de ser responsables, de pensar en el bien común, en los grupos de riesgo y de confiar y apoyar a nuestros profesionales sanitarios que, aunque no llevan capa, son nuestros mayores héroes.

PD: A ver si esto le sirve a más de uno para en las próximas elecciones votar a aquellos partidos políticos que no abogan por la privatización de la sanidad pública.

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