Os dejo la opinión de mi marido sobre la crianza con apego en contestación a un artículo de prensa que ha leído.
Como papá que hace colecho, que portea a sus bebés y firme defensor de la lactancia materna prolongada, la crianza con apego y el no dejar llorar a los bebés, me gustaría dar mi opinión sobre esta entrevista de la que no comparto la visión que refleja.
Esta señora parte de la hipótesis de que criar con apego es sinónimo de sobreproteger y de maleducar… a partir de aquí monta un relato en el que pretende hacer de la excepción la regla y vender la hiperprotección de los hijos como una consecuencia de la crianza con apego y las prácticas que la envuelven.
Puedes practicar la crianza con apego y enseñar a tu hijo que no puede hacer todo lo que quiere y cuando quiere. Puedes dejar a tu hijo elegir que ropa quiere ponerse hoy cuando está montando un pollo porque no le apetece llevar el jersey rojo, y sin embargo decirle que no puede ir al colegio sin chaqueta en diciembre porque se va a constipar. Darle la oportunidad de elegir que ropa quiere llevar, también es educar, concretamente le estás ayudando a forjar su persoalidad.
Me parece bastante grave que esta señora, periodista y no pediatra, hable de la lactancia materna prolongada como si de una moda se tratase. La Oranización Mundial de la Salud recomienda dar el pecho hasta los dos años o más siendo este alimento exclusivo hasta los 6 meses de edad.
¿Me tengo que sentir culpable si en lugar de dar el pecho opto por dar el biberón? Evidentemente no, se trata de una decisión personal que debe valorar única y exclusivamente cada familia.
Existen gran cantidad de estudios que demuestran los beneficios de practicar el colecho para el desarrollo cognitivo de tu bebé, así como que facilita el descanso de la familia y reduce el riesgo de muerte súbita, ¿en que estudios se basa la señora Eva Millet para tildar de moda el colecho?
¿Entonces, soy peor padre/madre si no colecho con mi hijo? Pues claro que no, cada familia debe buscar la mejor manera de descansar, si en vuestro caso descansais más durmiendo en habitaciones separadas y dando paseos de una habitación a otra cada vez que el bebé llora, adelante.
Ahora me gustaría lanzar una pregunta a la señora Millet, ¿qué problema hay en que la familia sea una institución democrática? ¿Es qué los papás somos entes sobrenaturales que no nos equivocamos nunca? Y si mi hijo me razona que estoy siendo injusto con una decisión, ¿porqué no puedo rectificar y darle la razón? ¿No se trata precisamente de eso, de que aprendan a ser críticos con las decisiones injustas y sepan defender sus intereses? Eso también es educar.
Coincido con la señora Eva Millet en que la hiperprotección es negativa para el desarrollo de tu hijo, en que los niños van más estresados de lo que deberían por acumulación de extraescolares y que hoy en día los niños juegan menos de lo que deberían.
Por último, me gustaría matizar esta frase que dice «Ara s’educa a cop de Google i potser hauríem de fer més cas dels nostres pares», yo le diría que quizá la clave está en preguntar sobre lo que es la infancia a nuestros abuelos.